Por fin y después de una larga espera por culpa de un error que hizo que como dirección de entrega apareciese mi nombre y donde debía figurar mi nombre apareciese el número de pedido, recibí mi deseada Crock-Pot. Una Crock-Pot o slow cooker es una olla de cocción lenta. Se trata de un invento estadounidense que se puso de moda en los años 70, cuando muchas mujeres se incorporaron al mercado laboral y dejaron de tener tiempo para cocinar. Aunque el invento surgió años antes, cuando Irving Naxon, de la Naxon Utilities Corporation of Chicago, quiso crear algo para hacer un estofado llamado cholent, que según le contaba su abuela (judía de origen lituano), llevaba varias horas de cocción en un horno. El invento se llamó Naxon Beanery All-Purpose Cooker y, como su nombre indica, la idea inicial fue la de hacer en ella guisos con legumbres.
Ésta es mi slow cooker, de 3,5 litros, pero hay muchos modelos y tamaños distintos. |
En 1970, the Rival Company (y no es coña) compró la Naxon Utilities Corp. of Chicago y relanzó el invento bajo el nombre de Crock-Pot en 1971. El invento también llegó a España, pero no parece que cuajara, y eso que debía hacer unos cocidos a fuego lento muy parecidos a los de olla de barro al fuego. El recipiente interior es de cerámica, por lo que mantiene la temperatura durante mucho tiempo, y puede ser redondo u ovalado, y desde 1 hasta 6,5 o 7 litros de capacidad. Se saca de la base y se limpia con facilidad (es apto para el lavavajillas, y la tapa también).
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La gracia del invento está en el hecho de colocar los ingredientes, conectarla antes de ir a trabajar, y tener la comida (o la cena) preparada y caliente al volver a casa. También se puede conectar durante la noche para tener las lentejas listas por la mañana. Y lo mejor de todo, no se trata de un artilugio caro en absoluto. Por menos de 50 euros se pueden encontrar muchos modelos en Amazon.
Eso sí, para cocinar judías rojas o pintas (yo lo haría con todas las judías, también con la soja) es necesario ponerlas en remojo la noche anterior y darles un hervor de 10 minutos antes de pasarlas a la crock-pot, pues así eliminamos una toxina, la fitohemoglutinina, presente en estas legumbres.
Como cocina a baja temperatura, apenas hay evaporación de líquidos, por lo que necesita muy poca agua, e incluso se puede cocinar sin agua, con los jugos de la carne y las verduras es suficiente.
Estrené mi olla de cocción lenta con el pollo de la foto, cocinado en su jugo durante 6 horas, y el resultado fue buenísimo. El sabor es de pollo asado, pues se intensifican los aromas de hierbas y especias, pero mucho más jugoso y tierno. Vamos con la receta.
Música recomendada: You're the first, the last, my everything (Barry White, 1974)
Ingredientes:
(3-4 raciones)
1 pollo pequeño
1 ramita de tomillo fresco
1/2 limón pequeño
pimentón de La Vera
sal de ajo
sazonador de pollo
6 chalotas
6 tomates cherry kumato
1 tomate kumato
aceite de oliva virgen
sal
Preparación:
Lavamos los tomates y pelamos y lavamos las chalotas. Los disponemos en el fondo de la olla y salamos ligeramente.
Lavamos y secamos el pollo y lo espolvoreamos con la sal de ajo y el resto de especias. Salamos ligeramente y colocamos en su interior la ramita de tomillo y el medio limón.
Colocamos el pollo sobre las cebollitas y tomates y regamos con un chorrito escaso de aceite.
Programamos 6 horas a fuego lento. Servimos con las cebollitas y tomates y, por ejemplo, con arroz, cous-cous o quinoa.
Vistas al levantar la tapa de la olla |
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